Sanctuary

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Desamor gótico.

Es triste cuando una relación llega al su final, no importa si ambos deciden terminarlo, o es decisión unilateral. Cuando una relación termina siempre sufre alguien, los motivos salen sobrando. Es tan triste como ver caer y romperse una hermosa escultura hecha de cristal.
Y es que el amor es así de cruel en ocasiones, hace poco termine con mi novia poser (si la de un post anterior), pese a nuestras diferencias le llegue a tomar mucho cariño, incluso hicimos planes a futuro juntos, todo era perfecto según yo, pero a fin de cuentas ella cambio, y no es que sus defectos afloraran de repente, no, de hecho ya me había encariñado de sus manías y locuras.
Ella se alejó lentamente de mi, no quería que nos abrazáramos en la calle, mucho menos besarnos, lo cual antes hacíamos todo el tiempo. Respete su espacio pues pensé que necesitaba tiempo para ella, también dejo de acompañarme a los conciertos. Así que la encare y le pregunte si en verdad aun quería seguir a mi lado.
Ella me dijo que si que me quería y por un tiempo las cosas regresaron a la normalidad, lamentablemente cuando volvió a alejarse de mi decidí saber que pasaba. Sin entrar en detalles la vi con alguien más y me entere que tenían algunos meses saliendo, quizá por cobardía o por dignidad no le reclame ni le pedí explicaciones, solo deje de verla y cuando me llamó para investigar la razón por la cual ya no sabía nada de mi.
Lo único que le dije fue adiós y colgué, desde ese día no he vuelto a verla, supe que también termino con aquel tipo y que me busco en los lugares que solíamos frecuentar, a veces me dan ganas de escuchar su versión de la historia, pero a estas alturas ya no importa. No la juzgo ni la critico, ella habrá tenido sus razones.
Para ser honesto me dolió mucho, me emborrache cada noche hasta que pude sacarla de mi alma, escuche las canciones más desgarradoras de mi colección y me refugié con mis amigos. Así pronto entendí que la vida la había quitado de mi vida y por esa razón ella ya no era importante en ella.
Y pese a todo aun la recuerdo, su cara de niña, sus labios negros, su cuerpo esbelto y pequeño, su cabello lacio y castaño, su voz al cantar en el karaoke, su ropa estrafalaria, sus tiernos besos, su cálido abrazo, sus berrinches de niña mimada, su inseguridad al hablar. Hacia tanto que no me encariñaba con una niña de esta forma pero ella decidió que yo no era suficiente en su vida, así que solo puedo desear que en donde quiera que este sea feliz…

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